martes, 21 de noviembre de 2006

Iniciación

Ahora sí. Aquí viene LA historia del día.

Hace algún tiempo mi amigo O. y yo fuimos a tomar té a la Roma. Sí, así es. Té. No chelas, no café, no nada. Té. Para ser exactos tomamos unas cuantas tazas de "Mujer Acechada". El punto es que estábamos ahí, hablando de pendejadaimedia: yo haciendo mi superchow de diva en ciernes; él, como amable público. Hasta que llego su amigo J. o M. o lo que sea (no me acuerdo cómo se llamaba el tipo en cuestión). Llegó pues el tipito este, y O. y yo salimos pitando (eso sí, después de despedirnos de la manera más correcta y atenta.)
Nos dirigimos al metro (Insurgentes, para ser exactos), pero como era temprano todavía (apenas comenzaba a oscurecer), O. dijo '¿Por qué no me acompañas a la zona? Quiero ver si está alguien.' ¿Qué podía decir? Era la segunda vez que salía con él (y además, me moría de la emoción). Fuimos, pues.
Ahora, querido bloglector, supongo que me sigues, ¿eh? La zona en cuestión, es, (sobra decirlo) la Zona Rosa. [Ahora viene una disgresión acerca del lugar en cuestión. Tienes toda la libertad de saltar al siguiente párrafo si no quieres leerla.] Como sigues leyendo, supongo que te mueres por ver la Z a través de mí. Lo primero que puedo decir es que es todo un espectáculo. Yo sólo la había conocido de día (sí, lo siento, a esto llega mi nivel de fresez), así me que llevé una sorpresa al ver su lado nocturno: tipos por todos lados, exhibiendo su mercancía. Aclaro, no eran modelos de Ralph Laurent desfilando la temporada otoño-invierno. Oh no. Imagina a cualquier tipo que te hayas encontrado en el metro/camión/etc. ¿Bien? ¿Ya lo tienes? Ahora ponle ropa chillona y de mal gusto. No, de peor gusto todavía. Más. Sí, así. Ahora un poco más ajustada. Más. Ajá. Sólo falta multiplicarlo por, hmm, 500. Ahora ya podrás tener una imagen cercana. (¿No me crees? Ve cualquier noche - especialmente viernes, sábado o domingo.) ¿Y dónde es que pululan todos estos pintorescos seres? Pues en los bares y antros de los alrededores, ¿dónde más?
Así pues, estábamos en la Zona Rosa. Primero fuimos a X. ('Mira, ese es A, ahí esta B, C, D, E, ah, a ese no lo conozco, y ese es F.' dijo O.) Luego, a Y. (Idem) Y después a Z. Ahí encontramos a su amiga la MC (llamada así porque comenzó muy pequeña en la vida nocturna.)
Lamento volver a interrumpir mi relato, querido bloglector, pero así es la cosa conmigo. Qué pena. Pero más vale desde un principio irnos conociendo, ¿no? Ahora quiero que te imagines alguna de estas escenas: 1) Aquiles en el infierno, 2) Eneas en el infierno, o 3) Brad y Janet en la mansión del Dr. Frank-N-Furter. Podemos decir que sentía algo similar visitando el inframundo y encontrándome con las criaturas que en él habitan. Digo esto porque la MC es uno de los habitantes más característicos de la Zone (¿ves cómo mi memoria comienza a metamorfosear el recuerdo? Parece que ahora nos estamos adentrando en la Twilight Zone.)
'Vamos a dar la vuelta, ¿gustan?' dijo la MC, después de los usuales saludos, mientras agarraba del brazo a su acompañante. 'No', dijo O. Igual podría haber dicho 'Alejate de aquí Belcebú', hubiera tenido un efecto parecido. Yo me preguntaba '¿Qué es eso de ir a dar la vuelta?' Como si adivinara mi pensamiento, O dijo 'se va a meter mota en la esquina'. Ah.
[Continuará]

No hay comentarios.: